Aceite de semilla de cáñamo, aceite de cáñamo y aceite de CBD…
Algunas personas se refieren al aceite de CBD como «aceite de cáñamo”, mientras que otras personas usan esta misma expresión para referirse al aceite de semilla de cáñamo.
Hay mucha confusión en torno a los nombres de estos productos. A menudo se usan indistintamente. Sin embargo, son productos muy diferentes.
Aceite de semilla de cáñamo
El aceite de semilla de cáñamo proviene de las pequeñas semillas de la planta Cannabis sativa. Las semillas no contienen altos niveles de compuestos como la planta, pero aun así tienen un rico perfil de nutrientes, ácidos grasos y compuestos bioactivos útiles. 
Para hacer aceite de semilla de cáñamo, se dispensan las semillas crudas en la tolva de una prensa de aceite, donde un tornillo expulsor tritura las semillas. Los aceites fluyen a través de canales donde el residuo de pulpa se separa del aceite. El producto final es un aceite crudo sin procesar.
Contiene ácidos grasos omega-3 y omega-6, ácido gamma-linolénico y otros antioxidantes nutricionales.
Los omega-3 son ácidos grasos esenciales que, según muchos expertos, ayudan al bienestar del cerebro y el corazón, además de estimular la circulación y el sistema inmunológico. El ácido gamma linolénico (o GLA) es parte de la familia omega-6 y es conocido por su papel en el alivio de los síntomas del síndrome premenstrual y favorecer el crecimiento de una piel, cabello y uñas saludables. Mientras tanto, el omega-9 contribuye a la salud del corazón ya que favorece el equilibro en los niveles de colesterol y mejora la capacidad inmunológica.
También es rico en vitaminas B y vitamina D.
Dado que el aceite proviene de las semillas y no de las hojas, las flores o el tallo de la planta, el aceite de semilla de cáñamo no contiene tetrahidrocannabinol (THC) y tampoco CBD. Las personas no se drogarán cuando usen aceite de semilla de cáñamo.
Aceite de CDB
El aceite de CBD proviene de la misma planta de Cannabis sativa (cáñamo industrial), pero utiliza los tallos, hojas y flores de la planta para su producción. Estos contienen una alta concentración de CBD y otros compuestos, pero no más del 0,3% de THC.
Existen varios métodos de extracción para separar la molécula de CBD de otros compuestos dentro de la planta:
– CO2 supercrítico (dióxido de carbono): el mejor método de extracción de CBD.
– Extracción con agua: buen método, pero lento y difícil de escalar.
– Extracción con etanol: el método más antiguo, pero deja residuos de disolvente.
Con los sistemas de extracción disponibles en el mercado actual, también se pueden separar moléculas de otros compuestos eficazmente. El extracto de CBD es un polvo blanco que es puramente CBD, nada más. Se puede hacer lo mismo con otros cannabinoides como CBG o CBN.
En general, se pueden encontrar tres tipos diferentes de aceite de CBD en el mercado:
– Aceite de CBD de espectro completo, que contiene todos los compuestos de la planta de cannabis, incluido el THC (pero a un nivel muy bajo, menos del 0,3%).
– Aceite de CBD de amplio espectro, que contiene varios compuestos pero no THC.
– Aceite de CBD elaborado con aislado de CBD, que contiene solo CBD.
En resumen:
El aceite de semilla de cáñamo y el aceite de CBD difieren significativamente, también en los beneficios que ofrecen. El aceite de semilla de cáñamo no tiene rastros de CBD, en absoluto. El primero se extrae por presión en frío de las semillas de la planta, mientras que el aceite de CBD consiste en extraer el CBD de las hojas, los tallos y las flores de la planta.
El aceite de semilla de cáñamo tiene beneficios para la salud, pero no al mismo nivel que el CBD, que es excepcionalmente efectivo en el tratamiento de numerosas condiciones de salud.
Las investigaciones muestran que el CBD y los productos derivados del CBD son seguros y tienen efectos secundarios limitados o nulos. Pero es recomendable hablar primero con su médico si desea comenzar a usar aceites de CBD u otros productos derivados de CBD.
Además, asegúrese de obtener sus productos de una empresa de confianza.
